Cada 10 de diciembre, el mundo conmemora el Día Internacional de los Derechos Humanos, una fecha que invita a reflexionar, actuar y reafirmar nuestro compromiso con la dignidad, la justicia y la igualdad para todas las personas, sin distinción.
Este día marca el aniversario de la aprobación, en 1948, de la Declaración Universal de los Derechos Humanos por parte de la Asamblea General de las Naciones Unidas. En un contexto posterior a la Segunda Guerra Mundial, este documento histórico sentó las bases de un ideal común: que todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos.
A más de 75 años de su adopción, la Declaración sigue siendo un faro universal. Sus 30 artículos —que protegen desde el derecho a la vida y la libertad hasta la prohibición de la tortura, la esclavitud y la discriminación— no solo inspiran leyes y políticas, sino también movimientos sociales, luchas por la justicia y voces que exigen un mundo más humano.
Sin embargo, en pleno 2025, los derechos humanos siguen siendo vulnerados en múltiples frentes: conflictos armados, crisis migratorias, desigualdad extrema, violencia de género, persecución por orientación sexual o identidad de género, represión a defensores y periodistas, y la creciente amenaza de la desinformación y la intolerancia.
Hoy, más que nunca, necesitamos recordar que los derechos humanos no son un privilegio, sino una condición esencial de nuestra humanidad compartida. Y que su protección comienza con cada uno de nosotros.



